La Era Liberal

 

Historia Argentina del Siglo XIX

La Era Liberal

 

Luego de Avellaneda asumió en la interesante década del 80 el general Roca, completó la reorganización política del país; desarrolló asentamientos para inmigrantes europeos y concretó las líneas económicas fundamentales que regirían el país durante varios decenios. Argentina se desarrolló rápidamente, dentro de los esquemas liberales imperantes en Europa. Algunas causas de la inmigración fueron: 1) La necesidad de Argentina de integrarse al Mercado Europeo. 2) La situación inversa con respecto a las necesidades Argentinas y Europeas. 3) Argentina necesitaba mano de obra, como consecuencia del proyecto de expansión del sector agropecuario; y Europa liberaba mano de obra, como consecuencia de la tecnificacion del agro y la Segunda Revolución Industrial. Se contaba con una zona muy apta para la explotación agropecuaria: La Pampa Húmeda, cuya explotación requería mano de obra y capitales, escasos en nuestro país. 4) La política de la generación de los '80 de transformar el país a la imagen Norteamericana, por la política industrial del anglosajón, y Europea, por sus ciudades modernas y bien estructuradas. Sin embargo, el proceso organizativo ya había comenzado años atrás. En 1853 se sancionó la constitución cuyo artículo 25 decía: "El Gobierno Federal fomentará la inmigración europea; y no podrá restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias e introducir y enseñar las ciencias y las artes". El saldo inmigratorio fue de 76.000 inmigrantes en la década del 60 al 70 y de 85.000 en la década del 70 al 80, entre 1881 y 1890 la cantidad de inmigrantes fue de 841.000. Sin embargo la distribución tuvo una tendencia definida y la corriente inmigratoria se fijo preferentemente en la zona del litoral y en las grandes ciudades. Solo pequeños grupos se trasladaron al centro y al oeste del país.Italianos: Estos conformaron el grupo más numeroso. Por su número, sus industrias, sus comercios, sus capitales y sus profesionales; ocupaban un lugar prominente en la vida económica y social de la ciudad de Buenos Aires. También era muy importante este grupo en Santa Fe y Rosario. Hasta 1894 vinieron fundamentalmente del norte de Italia y luego en su mayoría del sur. Españoles: Siguen en importancia a los italianos, este grupo llega más tardíamente pero es muy numeroso. Los españoles tienen ingresos superiores a los italianos. Vinieron fundamentalmente de Galicia, Asturias, El País Vasco, Cataluña y Castilla. Ingleses, franceses, alemanes o suizos: Numéricamente, la más débil, pero desempeñó un importante papel económico. Tuvieron generalmente calificación profesional, cierto grado de instrucción, y medios capitales que invirtieron en el campo y la industria. Rusos, sirios, libaneses y armenios: Se distinguen de los otros grupos por su ingreso tardío y por las diferencias de lenguas (árabe, ruso) y de religión (judía, musulmana, ortodoxa) y sus costumbres. Consecuencias de la inmigración europea: La inmigración europea contribuyó a un aumento de la raza blanca argentina. Contribuyeron al proceso de rápida urbanización de la población, y aportaron mano de obra para el desarrollo industrial. Los extranjeros, sin proponérselo, produjeron cambios en el lenguaje y las costumbres de los argentinos. La inmigración ayudó al crecimiento en gran escala de la población. La propagación del socialismo y el anarquismo, por los inmigrantes llegados con formaciones políticas, y la creación de sindicatos. Lo anterior llevó a una política anti-inmigratoria generando leyes represivas como la "Ley de residencia" de 1902 y la "Ley de defensa social" de 1910. La sobre población de las zonas urbanas llevó a la desocupación con sus posteriores huelgas. La creación de "conventillos", que eran grandes mansiones coloniales en ruinas, en las cuales se amontonaban los que no tenían dónde vivir. No se cumplió el objetivo de que inmigraran anglosajones a nuestro país, sino que vinieron en mayor medida españoles e italianos, de pocos recursos económicos y que eran toscos para los trabajos. El grupo tradicional de grandes propietarios y sus representantes en el poder no concebían a la inmigración más que como una fuente de mano de obra barata. La "frontera" que al sur de La Pampa , separaba hasta 1880 los territorios explotados de las zonas amenazadas por los indios. Cuando esa frontera fue suprimida por la "campaña del desierto", las nuevas tierras incorporadas al patrimonio nacional no se destinaron a la colonización, fueron vendidas, en parte por adelantado, para cubrir los gastos de la expedición del general Roca. Los grandes propietarios no estimaban necesario compartir la riqueza agropecuaria, origen del prestigio social y motor de la economía con los recién llegados, así como nunca mostraron interés en incorporarlos definitivamente a la sociedad política Argentina. Por otro lado, es preciso destacar que la Argentina no nació con la inmigración. Los recién llegados descubrieron un país que poseía una cultura, una organización política, antiguas estructuras sociales u sobre todo un grupo dirigente emprendedor que apelaba a la inmigración para servir a sus propios intereses. La yuxtaposición de rasgos culturales criollos y extranjeros constituyó la principal característica de esta "sociedad en transición". La sociedad argentina pronto quedó dividida en dos: los patricios por un lado y los inmigrantes por el otro.

 

 


Las elecciones fueron en abril de 1880 triunfando el general Roca y desde ese momento quedaron rotas las relaciones con la provincia Buenos Aires y ésta se levantó en armas contra la Nación originando las batallas de Puente Alsina y de los Corrales. El gobernador Tejedor renuncia retornado la paz. El 21 de setiembre de 1880 se declara Buenos Aires capital de la República.
Roca había luchado en Cepeda y en Pavón combatiendo al ejército nacional. También participó en la guerra contra el Paraguay. Durante el gobierno de Sarmiento luchó duramente contra los indios. Y realizó la "Conquista del Desierto". El presidente Roca era un caudillo pragmático, político hábil, conservador inteligente y conocedor de las debilidades ajenas. La gente se acostumbró a llamarlo el zorro, pero en el inventario de los adjetivos de la política argentina, habría de ser zorro y león a un tiempo como quería Maquiavelo. El partido Autonomista Nacional el (P.A.N.) le sirvió como plataforma y canal de comunicación política. "La liga de gobernadores", alianza táctica de las oligarquías provinciales que sirvió como despegue político primero y a la victoria de Roca después, fue parte integrante de la estructura del poder. El ejército de línea que Roca conocía bien y en el que había ganado justo prestigio, sería otra de las bases del sistema. El liderazgo de Roca para llegar a la presidencia de asentó principalmente en el reparto arbitrario, faccioso y latifundista de las tierras que su exitosa expedición arrebató a los Mapuches. Así se abrió paso al 
unicato  (predominio personalista del presidente de la República como distribuidor de los favores personales que constituían la médula del estado faccioso). Le sirvió a Roca para consagrar la reputación de un general que por dos veces fue presidente de la República. Catorce mil indios reducidos y entregados al trabajo; 480 cristianos rescatados de los indios y más de 15000 leguas incorporada a la vida civilizada fue el saldo de la conquista. Hubo un franco progreso económico. 483.000 inmigrantes llegaron en su mandato. Aumentaron las líneas férreas. Arregló muchas cuestiones limítrofes con Brasil y Chile. Fundó el Banco Hipotecario, dictó los códigos de comercio y de procedimiento en lo civil y comercial entre otras cosas. Durante su gobierno se originó un conflicto con la Santa Sede que quería imponer la enseñanza religiosa en las escuelas  (eran laicas) que puso fin cuando el gobierno le dio 24 hs para abandonar el país al Nuncio Apostólico monseñor Mattera. 

El 12/10/1886 entregó el mando a su sucesor legal, Dr. Miguel Juárez Celman, quien accedió a la presidencia por ser concuñado del presidente saliente Julio A. Roca y designado sucesor por este para que asegurara y ampliara los favores y beneficios obtenidos por la trenza oligárquica a la que ambos pertenecían a expensas de las tierras y el dinero público. Celman era un abogado cordobés, jefe nato del liberalismo, fue gobernador de Córdoba de notable labor. Su vicepresidente fue el Dr. Carlos Pellegrini.
Durante la presidencia de Miguel Juárez Celman (1886-1890), se crearon numerosos edificios públicos y puertos. Al comienzo de su mandato el comercio floreció, aumentaron las líneas férreas, en solo un año (1889) entraron al país 260.900 inmigrantes. se decidió el predominio del capital extranjero en la economía y en la política Argentina. Su política global de privatizaciones fue acompañada por una aguda corrupción.
El país se vio sumido en una gran crisis económica. El unicato tuvo su máximo esplendor. La especulación desenfrenada y los errores económicos cometidos durante los tres primeros años de gobierno provocaron gran inquietud entre la naciente clase media. Comenzó una dinámica actividad política. Importantes figuras de la oposición liderada por Mitre, el caudillo Leandro N. Alem, y dirigentes católicos liberales, como Estrada y Goyena, formaron la Unión Cívica cuyo presidente fue Alem. También participaró Bernardo de Yrigoyen. Una consecuencia de este movimiento fue la renuncia colectiva de todos los ministros de Juárez Celman. La esencia del movimiento era: democracia y ordenamiento institucional inspirada en ideales de Mayo y Caseros.
La Unión Cívica levantó en armas contra Juárez Celman (Revolución del Parque, 1890). A pesar de su fracaso (la represión estuvo en manos del general Levalle), éste hecho significó la caída de su gobierno. Juárez Celman renunció.

Salvo por ésta crisis Argentina había crecido economicamente en la década del ´80 la que se prolongará también en la del ´90. EL ganado vacuno, que había sido desplazado desde la pampa húmeda a las tierras marginales, durante la segunda etapa vuelve a las tierras ricas, desplazando a las ovejas hacia la Patagonia, Corrientes, Catamarca, etc. Las características del ganado vacuno en la segunda etapa del período, no se trataba como antes, de los viejos vacunos criollos, ahora era animales mestizados, las razas británicas cómo: Shorthon, Hereford, etc. La pampa húmeda estaba distribuida entre la agricultura (especialmente cereales, trigo y maíz) y ganado vacuna. La agricultura dio un nuevo impulso a la demanda de mano de obra (agricultura, ganadería, ferrocarriles, frigoríficos en materia de carne, silos y molinos en materia de cereales) y con ello el aumento de la población. Es imposible explicarse la historia política Argentina sin referencia a este marco económico. La exportación de lanas introdujo a la producción Argentina dentro de los abatares del mercado mundial capitalista. En el siglo XIX éste estaba sometido a crisis periódicas de expansión y contracción, ocurriendo en esta fase que caían los volúmenes y los precios de las materias primas. Hacia la mitad del ciclo de la lana, un sector de los productores argentinos cuya expresión política más relevante fue el grupo parlamentario liderado por Vicente Fidel López, planteó por primera vez una postura económica nacionalista y proteccionista, destinada a la promoción de una industria textil argentina que actuara como reaseguro de la producción lanera ante los avatares del mercado mundial y los proteccionismos foraños. A partir de 1880 se inicia una etapa de expansión económica en la Argentina, que se prolonga hasta la 1ra. Guerra Mundial, con excepción de la crisis de 1885 - 1890. La expansión se debió fundamentalmente al desarrollo económico ganadero, ya que Argentina era proveedora esencial de materias primas para Europa, particularmente de Gran Bretaña, quién invertía en nuestro país capitales, como por ejemplo, en 1880 la inversión fue de 25 millones de libras esterlinas, y en 1885 de 45 millones. Estos capitales se utilizaron para pagar deudas contraídas con empréstitos anteriores, la extensión de vías ferroviarias y la creación de bancos. El ferrocarril y la mano de obra de la inmigración aumentaron la superficie cultivada en Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y Buenos Aires. Así aumentó la producción y posterior exportación de trigo, maíz y lino. Pero también la situación económica social generó problemas y conflictos. En los últimos años del siglo XIX la prohibición británica de importar ganado en pie de la Argentina produjo una enorme transferencia de ingresos de los ganaderos hacia el grupo frigorífico británico. El acrecimiento de la mano de obra de origen inmigratorio había sido acompañado de un importante desarrollo sindical, que desplegaba lucha por las reivindicaciones obreras, lo que obligaba al régimen a oscilar entre una creciente represión o estudiar posibles concesiones.  En 1883 se instalaron los primeros frigoríficos argentinos, que al cabo de poco tiempo fueron sobrepasados por los que se crearon con capitales británicos y norteamericanos para servir a la demanda del mercado inglés. Quedaron en su poder los dos grande sistemas industriales de carácter moderno que se habían organizado hasta entonces: los ferrocarriles y los frigoríficos , pero al mismo tiempo surgieron entre 1880 y 1890 , especialmente en Buenos Aires, otras industria menores, especialmente en el campo de las artes gráficas, de la alimentación , de la construcción y del vestido. A partir de esto se comienzan a advertir las consecuencias de los cambios provocados por la política económica- social que habían adoptado las minorías dirigentes. El naciente proletariado industrial comenzaba a exigir mejorasSe hace escuchar el movimiento obrero limitando las horas de trabajo, prohibir trabajar a niños menores de 14 años, mujeres embarazadas, el trabajo nocturno a mujeres y menores de 18 años, etc. Auspiciada por la semilla de izquierda sembrada por los franceses que llegaron al país después de 1848.

A nivel cultural: La sociedad no había cambiado solo en sus características y composición: la atmósfera general estaba cargada de conflictos que se multiplicaron mientras dentro del anarquismo avanzaba la idea de la huelga general procedida por actos de violencia, boicot y acciones directas. Las huelgas obreras constituían un hecho regular que movilizaba muchos trabajadores. El territorio nacional era cruzado por esas movilizaciones en las ramas y servicios más diferentes, aunque Buenos Aires y los suburbios fueron el epicentro. Ese fue el clima de la llamada " ley de residencia" que permitía al poder ejecutivo " ordenar la salida de todo extranjero cuya conducta comprometa la seguridad nacional o perturbe el orden público". En tres años, pues, el estado de la opinión pública y el ánimo de los protagonistas políticos había cambiado de tal modo que un proyecto análogo de Cané rechazado por innecesario o excesivo en 1899 sería retomado y convertido en ley, en 24 horas, el 22 de noviembre de 1902.

Comienzan a coexistir, un público con tradición literaria (especialmente francesa) que se nutre con los surtidos catálogos de las grandes librerías porteñas de Joly, Espiasse, Jacobsen, Brédhal, Moen y Lajouanne, y un nuevo público que devoraba los folletines de La Patria Argentina y más tarde los "novelones " de centavos y los cuadernillos gauchescos que editan Tomassi, Rolleri, Matea, etc.

Desde los albores de 1880 asistimos al nacimiento de una novelística que paga tributo al naturalismo en boga, pero que al mismo tiempo trata de explorar sus propios caminos.

Así también, la imprenta rioplatense se perfecciona e incorpora la tecnología industrial más avanzada, aunque muchos autores y editores, por razones de costo o de prestigio , recurren todavía a las prensas de Viena, París, Leipzig, Barcelona y Madrid. Jacobo Peuser, por ejemplo, se inicia como editor en 1881 con la importante " Descripción amena de la República Argentina" de Estanislao Cevallos, y en sus talleres se realizaron las primeras fototipias y fotocromías del país, y se compone el primer libro en linotipo (1898).

En el terreno periodístico aparecen La Prensa, La Nación, La Libertad, El Porteño, El Siglo, La Tribuna Nacional, La Ilustración Argentina, El Diario (de Manuel Lainez), Sud América, Don Quijote, El Censor, etc. Las revistas literarias, los magazines aparecidos a partir de 1890 señalarán, por su parte las líneas de desarrollo de este proceso cultural y los sucesivos ajustes que imponen las nuevas capas de lectores reclutados en la clase media urbana.

En los últimos años del siglo prevalece aún la "edición de autor", que constituye una aventura económica que pocos se atreven a intentar, según Ruben Darío "publicar un libro era una obra magna, posible sólo a un Anchorena, un Alvear o un Santamarina; algo como comprar un automóvil ahora, o un caballo de carrera".

La mayoría de los escritores, utilizó más frecuentemente las vías del periodismo y el magazine, y de manera más adverticia la edición, emprendida con los sacrificios y postergaciones del caso.

Roberto J. Payró es un buen ejemplo del nuevo tipo de escritor "profesional" que adviene a fines del siglo XIX . Payró se consagraría de manera exclusiva a la doble profesión de escritor y periodista. Desde el punto de vista ideológico, Payró no se aparta de las grandes líneas de la crítica social del siglo XIX, aunque también aflore una sublimación de la idea de arte "desinteresado’ y de la categoría de "trascendente" de artista, que se contrapone a los nuevos valores del mundo mercantil e industrializado y es heredera directa de la vieja teoría del l’art pour l’art.

La generación de 1880, traza teórica y metódica de una literatura con señales propias, acentúa la coloración europeizante y la primacía cultural de Buenos Aires por antonomasia. Todavía no son significativas las letras de provincia. La poesía es lírica e imprecatoria: Leopoldo Díaz y Almafuerte; el ensayo es un género reciente: José Manuel Estrada, Pedro Goyena y Joaquín V. Gonzáles; la narrativa pendula entre lo social y el costumbrismo: Miguel Cané, Eugenio Cambaceres, Julián Martel, Francisco Sicardi y Carlos María Ocantos.

Hacia final de siglo, de la mano y la letra de Rubén Darío, surge el modernismo. Preciosismo y simbolismo resumen la nueva estética, la que dará la voz más alta de la poesía argentina contemporánea: Leopoldo Lugones, a quien se debe, asimismo, el primer cuento de ciencia ficción en nuestra literatura. Lugones es el paradigma que censura en dos campos la literatura argentina. La voz de Lugones, entonces, resonará por largo tiempo, pero, lateralmente, surgen otras dos líneas de creación: el criollismo, pontificador del realismo rural con Horacio Quiroga y Roberto J. Payró, y el sencillismo, una poética de lo popular con Evaristo Carriego y Baldomero Fernández Moreno.

Un intermedio crítico permite rescatar, entre otros, el tradicionalismo de Ricardo Güiraldes y Guillermo E. Hudson; el preciosismo de Enrique Larreta; y el " Mester de juglaría" de Enrique Banchs.

La educación y la inmigración se constituyeron en factores de cambio político y, socioeconómico, y en cierta medida cultural.

Hay un paso decisivo entre el romanticismo que penetró al patriciado y el positivismo de esa nueva oligarquía, perseverante y cerrada hasta producir una explotación política.

En la literatura y prensa de la época se expresa la ideología de un amplio sector de la sociedad: su modo de entender e interpretar los cambios sociales.

Los escritores argentinos de está época tuvieron un papel muy destacado en estos años; no se remitieron al ámbito cultural sino que, atrapados por la pasión y el interés de la cosa pública, su influencia alcanzó la actividad política.

Así es como, también, desempeñaron simultáneamente un papel de políticos y de escritores interesados no sólo en la creación de un público suficientemente capacitado para valorar sus esfuerzos literarios sino también en ejercer una vigilancia crítica generalizada sobre todas las etapas del proceso nacional. Por eso es que la literatura de la generación del ’80 proporciona una materia prima tan interesante.

El recorrido social de las ideas y las ideologías va a ser canalizado por hombres en su mayoría pragmáticos en términos políticos, sociales y económicos, y por el surgimiento de una opinión pública a la hechura de los "notables" . La profunda reforma ideológica en torno de las reformas laicas atrapará a protagonistas significativos que sobreviven a sus propias diferencias, como Sarmiento, Alberdi y Mitre. La batalla estaba ganada, por entonces por un laicismo que era idea corriente y que había penetrado la corriente de ideas. Los reformadores aparecen como liberales innovadores, y sus contradictorios como liberales reaccionarios en el nuevo clima ideológico del ’80. Y esa contradicción, más aparente que real, sería bien explotada por los paladines de la buena ley de 1420 y del movimiento secularizador que venía de la mano de la modernidad. Claro que cuando el movimiento laico se hace "laicista" y los modernizadores "modernistas" , la época se tiñe de resonancias europeas, particularmente francesas.

La política educativa tendiente a la nacionalización cultural según las concepciones de la época en la que convergían las prédicas (entre otros temas) de Sarmiento y Alberdi y las escasas restricciones gubernamentales al comercio más la movilidad aceptada, harían el resto.

Las clases altas tradicionales y criollos actuaron en oportunidades como una suerte de alianza objetiva frente a la amenaza del inmigrante, quien venía a la conquista de un espacio social - económico y en menor medida político.

Esa conciencia de clase, o aun de casta, no es más que un aspecto manifiesto de la distribución del poder social. Para sus miembros , la oligarquía Argentina se caracteriza por su perfecta e indiscutible legitimidad. Los otros grupos sociales, particularmente los de origen inmigratorio comparten generalmente esta opinión. Nadie se le puede disputar la preeminencia a los descendientes de los fundadores de la Argentina moderna. Ella es la elite " única y natural" que condujo al país a la prosperidad y que lo reveló al mundo. Herederos de los padres fundadores, los "patricios argentinos" – como gustaban hacerse llamar – consideraban que tenían derecho de manejar el destino del país. En efecto, el inmigrante sólo era un visitante, debía saber conservar su lugar y aceptar la suerte que tuviera.

La oligarquía argentina era un grupo social modernizador. El proyecto de transformación nacional puesto en marcha a partir de 1880 se proponía introducir "la civilización europea" en el país de los querandíes y de los renqueles. Liberal y cosmopolita, la elite establecida ejercía sobre el país una dominación ilustrada. Defendía ferozmente sus privilegios, pero se apoyaba en la razón: animadora del progreso , su conservadurismo se teñía de filosofía positivista. Como escribe uno de los representantes de la "generación del 80", Miguel Cané, " la elite argentina se caracteriza por un espíritu abierto a la poderosa evolución del siglo, con fe en la ciencia y en el progreso humano" .

Los dos diarios argentinos más importantes, La Nación, fundada por el general Mitre y La Prensa son instituciones nacionales hoy día centenarias. Estos órganos, propiedad de grandes familias, reflejan los intereses del grupo dominante.

La escolarización más amplia tenía que afianzar la cohesión nacional. La "canonización laica" de los héroes civiles (Rivadavia, Sarmiento, Mitre, etc.) precursores o antepasados de la oligarquía, asegura de hecho la continuidad de la evolución argentina.

 la ideología dominante de la Argentina de 1880 es de la clase patricia (entendiéndose como una ideología totalizante). La prensa y la Literatura de la época llevaban el sello de esta ideología.

Gracias al contenido de una instrucción ampliamente difundida y a la prensa, el grupo dominante incluso puede "controlar a distancia" los asuntos públicos y la evolución de la sociedad, después de haber dictado su código social y su concepción de la existencia a los grupos intermedios .

Discutidos en cuanto a su nivel, comprometidos en cuanto a sus filiaciones culturales y estilos mentales, los debates ardientes que suscitó la cuestión escolar en la década del 80 es otro de los temas significativos para entender la época. La ley de 1420 evoca una mezcla desordenada de convicciones personales, de creencias vigentes en las elites gobernantes, de la obediencia complaciente hacia el poder, y de factores genuinos que hacían necesarias de una buena ley de organización y nacionalización de la enseñanza primaria. En su gestión influyeron el liberalismo y  la inmigración. Gravitó el laicismo, pero con él la posición crítica de la iglesia católica hacia manifestaciones expresivas de la sociedad moderna. El monopolio estatal de la enseñanza superior universitaria y el discurso ideológico de Gambetta; en 1880, la supresión de la actividad docente de órdenes y congregaciones religiosas por la acción de Jules Ferry; en 1882 instrucción laica, obligatoria, en todos los grados de enseñanza; por fin la supresión legal de los institutos religiosos.

El debate está teñido por argumentos afrancesados. Pero cabe preguntarse si el clima ideológico del 80 tenía correspondencia ceñida con el clima sociológico de la Argentina acostumbrada a la influencia política y moral de los hombres de la iglesia, pero también la dependencia de la iglesia católica respecto al Estado. En la formación del Estado argentino la iglesia católica interviene como factor pre-estatal, pero la tradición regalista viene con ella. Durante la Organización Nacional la iglesia tiene el papel que le reconoce la propia constitución, pero el rosismo, los años de anarquía sucesiva y las luchas civiles la dejaron en la indigencia o tributaria de los dineros del Estado, nacional o provincial.

En la época del patriciado la escuela no era cuestión, era problema. En la década del 80 el problema educativo fue cuestión. Años después, disipado en parte por el clima sociológico más claro el perfil del positivismo pedagógico, la metodología naturalista de Francisco Berra y la prédica de Carlos Octavio Bunge o Víctor Mercante. Pero en el 80 los viejos ideales estaban en crisis, el choque de dos sociedades era patente y en el claroscuro del tiempo, "publicar un libro en Bs. As era como recitar un soneto de Petrarca en la Bolsa de Comercio", según la observación traviesa e indignada de Miguel Cané.

La querella escolar del 80 es un dato y un tema y no se explica con suficiencia sin discernir el significado de ciertas ideologías de combate, más allá de sus potencias diferentes.

La ideología laicista, en la forma que adopta en la década del 80, no era expresión inocente de la laicidad, sino una concepción del Estado y una idea de la vida y de la verdad que adoptó el tono y la forma del enemigo que combatía.

Objetivamente y fuera del contexto ideologizado de los debates, la Argentina de la inmigración necesitaba de una ley de educación común obligatoria y gratuita, con una base moral y cívica que afirmase los valores privilegiados por el país nuevo, en cambio progresista. La Ley de 1420 tuvo los méritos de esta intención y los defectos de su tiempo. Fue el resultado de debates apasionados, del tributo pagado a las luchas por la hegemonía política, de la aspiración por la nacionalización cultural y del clima ideológico de la secularización.

EL liberalismo conservador (compleja mixtura) será por entonces ideología dominante, con lo cual se quiere decir que es la ideología de justificación de un orden, de un régimen y de un tipo de sociedad, como lo fue en la década del 80.

 


Asumió el poder el vicepresidente Carlos Pellegrini (1890-1892), concluyendo el mandato de Celman; Pellegrini reorganizó la economía nacional sobre bases sólidas. Bajo su mandato se crearon las primeras organizaciones sindicales. Nació el Banco de la Nación Argentina en 1891. Creó el Museo Histórico Nacional, el Jardín Botánico y el Zoológico. Firmó la paz con Bolivia por el cual Argentina renuncia a la provincia de Tarija y Bolivia cedía sus derechos sobre la Puna de Atacama, ocupada por
Chile desde la guerra del Pacífico de 1879 entre Bolivia, Chile y Perú. La Unión Cívica se dividió: por un lado quedo el sector acaudillado por Mitre, que mantuvo una buena relación con el gobierno de Pellegrini, y, por otro, el liderado por Alem, que se negó a transigir con el presidente. Así nació la Unión Cívica Radical. El radicalismo a pesar de la marginación que sufría, fue incrementando su influencia. Sus líderes Alem e Hipólito Yrigoyen, definieron el carácter popular de la UCR, las cuales se apoyaban sobre la clase media emergentes del desarrollo económico del país que aspiraban a obtener el sufragio universal, secreto y obligatorio.


Luego de la presidencia de Pellegrini lo continuó el Dr. Luis Sáenz Peña. Abogado porteño que fue: formó parte de la convención constituyente de la reforma, fue diputado nacional, fue vicegobernador y gobernador interino de la provincia de Buenos Aires, fue senador de la provincia. El 12/10/1892 asume como presidente acompañado del Dr. José Evaristo Uriburu. El ambiente político era agitado. Roca renuncia al Partido Autonomista Nacional y lo reemplaza Pellegrini. El PAN se oponía al presidente por no participar en el mismo. Aristóbulo del Valle aun en contra de su partido apoyaba al presidente. Para asegurar la estabilidad era necesario enfrentar al oficialismo provincial. El 29 de julio estalló la Revolución radical en la provincia cuyo jefe fue Hipólito Yrigoyen y su hermano. El gobernador Costa huyó y se eligió nuevo gobernador. Aristóbulo del Valle no se adirió a la revolución. Esta situación repercutió en muchas provincias: Lisandro de la Torre jefe en Rosario. Ante esta situación se estableció estado de sitio en todo el país. Roca jefe de la represión se impuso en días. La Unión Cívica se opuso aun más cuando Peña se resistió a la Ley de Amnistía. Por otro lado, Luis Sáenz Peña terminó los puertos de Rosario y Capítal, hizo numersoso puentes y caminos.


A Luis Sáenz Peña lo prosiguió el Dr. José Evaristo Uriburu. Como existía riesgo de una guerra con Chile, por el fracaso del tratado de 1881, debió movilizar al pueblo creando la primera conscripción (en Curumalán). La situación fue superada en 1898 por medio de un arbitraje. Similar ocurrió con Brasil mediado por el mismo presidente de Estados Unidos, Cleveland, que favoreció al Brasil. Se realizó el segundo gran censo mostrando la existencia de 4.000.000 de habitamntes. En 1898 se modificó la Constitución con el fin de  aumentar los ministerios y, dada la cantidad de habitamntes, se modificó la cantidad de diputados. Sus últimos años lo hizo con el aplauso de la opinión pública, por su prudencia y habilidad decidió vivir en un país en paz.
La cuestipón limítrofe con Chile favoreció a Roca para su retorno luego de doce años al gobierno que lo asume el 12/10/1898 y como vicepresidente Quirno Costa. Grandes exporatciones se produjeron: fue la época de oro de la agricultura argentina: plano productivo y económico del ciclo de la lana al predominio de las carnes refrigeradas (principalmente vacunas) y los cereales, dentro de la estructura agro - exportadora . A partir de 1902 comenzaron las huelgas violentas decretándose el estado de sitio. Como Venezuela no podía pagar sus deudas a Europa éstos intervinieron el país. Argentina envió una carta a los Estados Unidos rechazando la intervención manteniendo la identidad Sudamenricana la misma fue realizada por Drago y se la llamó La Doctrina Drago. Además en ésta época se contrujeron numerosos edificios públicos, obras de saneamiento.

 

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