EL COLEGIO PROBANDADO
EL COLEGIO PROBANDADO (PRIMER SEMINARIO DE LA ORDEN)
TEXTO QUE CORRESPONDE AL LIBRO "BAJO EL SIGNO DE LA FE" DEL PROFESOR VICTOR J. BRAIDOT
En realidad, si nos atenemos a la documentación existente, la historia ya había comenzado un tiempo antes, con la aprobación de la idea de crear en Avellaneda un Colegio Probandado. En efecto, el 16 de agosto de 1932 se reunió aquí el Capítulo
Interconventual con la presencia del Vicario Provincial P. Celso M. Milanesio, prior y párroco de Avellaneda, el P. León M. Botta, prior y párroco de San Antonio de Obligado en Las Toscas, y los PP. Miguel M. Enrici, Félix M. Maletto y Jorge M. Capello, para tratar la "erezione di un Collegino di aspiranti all'ordine del Serví di Maria, come cosa di sentita necessitá e d'accordo alle disposizioni delta Dieta Provinciale delta nostra Pcia. Piemontesa tenutasi in Torino".
En la misma acta del Capítulo mencionado se deja asentado que se determinó erigirlo en Avellaneda, como localidad más
indicada, en el terreno contiguo a la casa actual y como una prolongación de la misma, y que "detto Collegino si aprirebbe nel prossimo anno 1933 in omaggio al Vil Centenario delta Fondazione del Nostro Ordine".
Se facultó a P. Celso M. Milanesio para que hiciera todos los trámites pertinentes. Al comunicar la determinación al Obispado de Santa Fe surgió un pequeño inconveniente con respecto a la facultad que podía tener la comunidad religiosa de Avellaneda para construir un edificio sobre un terreno que figuraba como de propiedad de la Curia Eclesiástica de Santa Fe y si se justificaba el proyecto en base al número posible de seminaristas que pudieren incorporarse.
Se sucedió una serie de trámites y notas, cuyas copias y originales se encuentran en los archivos pertinentes, con las cuales se explican y clarifican algunos aspectos legales, interviniendo inclusive la "Curia Generalizia dei Serví di Maria" de Roma y la "Segreteria delta Sacra Congregazione del Religiosi" de Roma, según Nota 2792/33.
Superado el inconveniente, comenzó entonces la construcción del edificio (actualmente la parte más antigua ubicada sobre
Avenida San Martín), el 3 de marzo de 1933, proyectado sobre una superficie de 27,50 m de largo por 9m de ancho, de dos plantas, con un presupuesto de 23.000 pesos moneda nacional.
La inauguración del Colegio probandado se realizó con una imponente ceremonia cumplida en horas de la mañana del lo de
"mayo de 1934. Participaron de la misma autoridades y pueblo de Avellaneda y de-legaciones de varias localidades del norte santafesino. Una crónica de la época nos relata el acto de la siguiente manera:
"Inicióse la ceremonia inaugural con una solemne misa cantada, cantándose a tres voces la misa del Abate Perosi, magistralmente dirigida por el R. P Jorge Capello, Cura Párroco de Villa Ocampo; terminada ésta con la bendición del Santísimo inicióse la procesión hacia el local a inaugurarse, que estaba espléndidamente engalanado, trabajo efectuado desinteresadamente por la niñas del Centro de la Juventud Femenina Católica, bajo la dirección de su presidenta Srta. Beltrame. Actuaron de padrinos del flamante Seminario, varios vecinos de ésta, de Reconquista y de Las Toscas, y terminada la ceremonia, previa lectura del "acta inaugural", hicieron uso de la palabra los señores Juan Marchetti, Dr Honorato Nardelli y R-P Celso Milanesio, cosechando todos calurosos y prolongados aplausos ".
El Colegio fue dedicado a los Siete Santos Fundadores y justamente siete fueron también los primeros reclutas que albergaron sus aulas, como para perpetuar la memoria de los nobles florentinos que allá en el Monte Senario dieron sus primeros pasos para la futura Orden de los Siervos de María que se esparció rápidamente por el mundo entero.
Fue su primer director el P. Tarcisio M. Bozzo y a él le siguieron en el cargo los P-P- Félix M. Maletto, Constantino M. Zarantonello y Damián M. Spagnolo.
En este colegio se impartían las enseñanzas de los cinco años de latín, debiendo después los estudiantes trasladarse a Buenos Aires donde "los Superiores mayores - según una nota del P Celso M. Milanesio- tienen pensado abrir un noviciado » una
casa de profesos para los cursos de Filosofía, y luego irán a terminar la Teología en el colegio internacional de Roma ".
Poco tiempo después, las dificultades, la buena y regular marcha del mismo hicieron que en 1939 se tuviera la amarga prueba de cerrar sus puertas, tal vez por falta de personal suficiente como para continuar con su labor conviniéndose en un duro golpe tanto para los religiosos como para la comunidad de la zona.
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