INSTITUTO "GUSTAVO MARTÍNEZ ZUVIRÍA"

 

 

INSTITUTO "GUSTAVO MARTÍNEZ ZUVIRÍA"

TEXTO QUE CORRESPONDE AL LIBRO "BAJO EL SIGNO DE LA FE" DEL PROFESOR VICTOR J. BRAIDOT

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Ante la imperiosa necesidad de dar a los jóvenes de Avellaneda una educación acorde con los principios cristianos, culturales y ecuménicos, se pensó en la ampliación del Colegio Parroquial que ya resultaba chico para albergar a tantos niños en edad escolar y, por otra parte, para abrir un colegio secundario que satisficiera la demanda tácita de numerosos jóvenes que, para completar sus estudios, debían trasladarse a otros centros poblacionales.

Ese 3 de abril de 1964, el espíritu activo del P. Celso M. Milanesio, prendió en todos los que participaron de la reunión comunitaria de la Orden de los Siervos de María y apoyaron entusiastamente la idea.

Se hicieron consultas a distintas personas quienes respondieron de las más diversas formas pero, luego de meditar sobre los enormes alcances que ello significaba, no dudaron en otorgar una sugerencia positiva.

En octubre de 1964 se tomó contacto con las autoridades nacionales, sometiendo el proyecto al Servicio Nacional de la Enseñanza Privada para la apertura del nuevo instituto, aunque ya había vencido la fecha de presentación de solicitudes, el 30 de junio, previa aprobación de la comunidad religiosa local, de los superiores de la Orden de los Siervos de María y del Obispo Diocesano. En diciembre de ese mismo año se tramitaron con mayor ahínco los expedientes en Buenos Aires, con un eco más favorable teniendo en cuenta que en la localidad no había ningún otro establecimiento de enseñanza media. Por fin, en Navidad, llegó la aprobación pertinente para el funcionamiento del Instituto.

Ese final del año 1964 fue el punto de partida. Con la colaboración de todas las instituciones locales, profesionales, industriales y comerciales y de la población en general, las obras del Colegio fueron tomando forma. Las contribuciones se hacían con dinero, con materiales y mano de obra gratuita ofrecida por numerosos grupos de vecinos y productores agropecuarios que, robándoles horas al sueño y al descanso, veían crecer las paredes del nuevo establecimiento, mientras el Hno. Rogelio Scortegagna, jarra en mano, los alentaba a seguir adelante, junto al P. Rogelio Snaider y al P. Celso Milanesio, bajo la dirección del Sr. Oreste Foschiatti.

En todo esto tuvieron una destacada actuación los ex-alumnos del Colegio "Nuestra Señora de la Merced" dirigidos por una comisión presidida por el Sr. Audino Agretti e integrada, entre otros, por los Sres. Oreste Foschiatti, Oreste Debárbora, Omar Fantoni, Roque De Greef, José Delbón, Jorge Cápriz, José Nardín, recaudando fondos de las más diversas maneras: espectáculos folklóricos, una rifa millonaria y una compañía teatral animada por Pepín Paduán y otros caracterizados artistas haciendo giras por el norte santafesino en el camioncito de Oreste Foschiatti llevando a escena la obra "Pulpería La Enramada, donde ocurre de todo y no ocurre nada".

Así fue cómo pudo terminarse el nuevo edificio a mediados de marzo de 1965. Había que darle un nombre y por iniciativa del P. Celso M. Milanesio quien pasó la idea al P. Rogelio Snaider, se tomó el del conocido escritor católico argentino Gustavo
Martínez Zuviría quien firmara sus obras con el seudónimo de Hugo Wast. 

Y llegó el 15 de marzo de 1965. Cincuenta alumnos de uno y otro sexo se presentaron ese primer día de clases. Los esperaba un gmpo de profesores y dos ayudantes de secretaría, con el P. Rogelio Snaider a la cabeza, quienes se habían comprometido a trabajar en la formación de esos jóvenes sin pretender remuneración alguna, otorgándoles, luego de cinco años de estudios, el título de Perito Mercantil.

Ese primer día de clases se inició con un acto que comenzó con la celebración de la Santa Misa en el templo parroquial, luego el izamiento de la Bandera, la entonación del Himno y las palabras alusivas del primer rector P. Rogelio Snaider.

Así nació la primera escuela de enseñanza media de Avellaneda, punto de partida para que, años más tarde, también se tomara la iniciativa por parte de otras instituciones para la creación de otras casas de estudios imprescindibles para esta población en constante

En el mes de noviembre de 1965 se hizo una encuesta en la población para tener una idea de la posible cantidad de alumnos para el año siguiente y sus resultados fueron sorprendentes ya que los sesenta candidatos inscriptos obligaban a pensar en una
ampliación del edificio.

El 26 de noviembre de 1965 la comunidad religiosos aprobó por unanimidad la ampliación del colegio con un segundo cuerpo y el piso superior y de inmediatu, con el apoyo nuevamente de la población, se iniciaron los trabajos que culminaron a princi-
pios de 1966 para que el 5 de marzo, estuviera todo dispuesto para albergar a las dos divisiones de primer año y una de segundo, amén de otro gmpo de profesores que se sumaron al esfuerzo de llevar adelante este importante proyecto.

El acto oficial de inauguración y la entrega simbólica de diplomas a los primeros egresados, se realizó el 7 de noviembre de 1969, complementado con otras actividades cumplidas el jueves 6, sábado 8 y domingo 9.

El jueves 6 se celebró la Santa Misa y luego, en el patio, la Banda de la Fuerza Aérea Argentina, enviada por el Comandante Jorge G. Martínez Zuviría, ofreció un concierto musical.

Al día siguiente, viemes 7, se cumplieron los actos centrales a pelar del mal tiempo reinante. En la galería del establecimiento se descubrió una placa recordativa que decía:
"Una página de nuestra historia. El pueblo de Avellaneda que levantó este instituto, lo dedica al ilustre ciudadano Dr Gustavo Martínez Zuviría, eximio escritor padre ejemplar y cristiano militante. 7-XI-1969".  Después, todos debieron trasladarse al salón de actos del Colegio Nuestra Señora de Lourdes, para cumplir con la ceremonia de colación de grados de la primera promoción.

El programa incluía la entonación del Himno, las palabras del Dr. Manuel I. Cracogna, la entrega de una plaqueta recordatoria al representante de la Fuerza Aérea, la presentación de los egresados, el homenaje a un profesor recientemente fallecido, el
Sr. Jaime E. Saltor, las palabras de la egresada Srta. Bernardita Moschén, el cambio de abanderados, la entrega de pergaminos recordatorios a los flamantes Peritos Mercantiles y la Canción del Adiós.

Finalizada la ceremonia todos participaron de una cena durante la cual los egresados entregaron presentes recordativos al primer rector P. Rogelio Snaider y a quien ocupara su lugar P. Cristóbal Piubello.

La programación finalizó el domingo 9 con un tomeo intercolegial atlético y deportivo. La población estudiantil siguió creciendo con el tiempo y por ende exigiendo también mayor disponibilidad de espacios para el desarrollo de la actividad específica. Por eso fue que el edificio debió ser ampliado a partir de 1980 con la construcción del ala sur, terminada en 1993, y deberá contar con otras dependencias en un futuro cercano para adecuarse a las nuevas disposiciones en materia educativa.


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