PATRICIA SEVERIN

 

 

PATRICIA SEVERIN

Nació en Rafaela, pero desde 1979 vive en Reconquista, ciudad ubicada al norte de la Provincia de Santa Fe, en el Departamento General Obligado.

 

 


PREMIOS

Alicia Moreau de Justo, Primer Premio Cuento (1986);

Premio Publicación Certamen para niños "Marta Salotti" (1986);

Concurso Literario "Ciudad de San Lorenzo" Menciones (1989-l990);

Concurso Publicación ERA (Escntores Rafaelinos Agrupados) Mención única (1991);

Concurso Publicación Subsecretaría de Cultura de Santa Fc (199l)

Concurso Publicación "Las Tierras Planas" (1992).


PUBLICACIONES

Fabulaciones y Cantares;  Antología del Taller Literario de Reconquista, Ed. Fundación Banco Bica; La ventana mágica de los sueños; antología - Ed. Rotary. Club y diario "El Litoral" de Santa Fe ; Santa Fe en su literaruta; antologia dirigida por Felipe Cervera y Graciela Cocco;  9 Miijeres, Tarjetas  Postales de varis autoras - Ed. Fundación Banco Bica; Las Tierras Planas, N°  23 ; Ed. Sonia Catela.La Loca ausencia, coleción de poesía de Todos Bailan.


Es profesora en Letras, participa y trabaja desde 1984 junto a otras compañerasde Reconquista en el Taller Literario "Maria Angélica Scotti".

Comentario de María Rosa Lojo, marzo de 1992, en la publicación "LA LOCA AUSENCIA"

Estamos frentE a una escritura que no deja indiferente. Es por momentos, desaforada, y siempre des garrada, provocativa, tensa. No hay piedad para sí misma en la voz que   la urde, los deslizamientos hacia una temura contenida, hacia una blandura eventual, no pasan de la dedicatoria.

El resto es duro, abrupto, disímil, deliberadamente inarnónico, a veces cortado o deshilvanado de tan tajante, como escrito a salto de mata, en una huida o una cacería.

Es decir, como se puede, en momentos de peligro y al correr de la vida.
Los saltos se potencian en las disimetrías de los poemas y de los versos, en el brusco tránsito de lo extenso a lo breve y a lo mínimo y sobre todo en la dislocada, insólita metáfora que junta lo dispar, poniendo los corpiños de rodillas, cortando la mentira en rebanadas, castrando mediodías, imaginando ranitas que hacen agua en el escándalo del corazón.

Dos voces: la de Pizarnik, explícita en varios epígrafes, la de Gelman, tácita, pero audible en inflexiones de la entonación y la construcción, acompañan el modulado de esta voz.


Estamnos frente a un texto de alta temperatura, doloroso y curativo, que concluye en la aceptación de la propia identidad, del propio tiempo, del propio mundo, de la condición femenina que habla desde la escritura con naturalidad implacable y violenta -porque así siente violenta la vida-: sin pudor pero también sin exhibicionismos.

 

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El amor en fuga

La loca ausencia

Zona de silencio