Ser mejores.

29.01.2014 20:53

DE "EL PRÓJIMO" de Pacho O'Donnell

 

Ser mejores.

 

 

 

En una guardería infantil una niña corre alegremente y 

 atropella y rompe una botella.

 

                  La maestra junta los pedazos y los introduce en una bolsa plástica de residuos.

 

                  Camina hacia el recipiente de basura pero se detiene. Escribe en un papel: “¡Cuidado vidrios!” Luego lo fija con cinta “scotch” sobre el plástico.

                  Ha pensado en el recolector.

 

*

 

                   Un buen maestro es aquel que, en última instancia, demuestra su inutilidad.

                   Es eso lo que debes esperar de este libro.

*

                  Hemos sido criados a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26). 

Por lo tanto, a pesar de nuestras imperfecciones, estamos compelidos a aspirar a la excelencia. 

A ser lo mejor que podamos ser.

 

                  A ser solidarios. A proponernos serlo. Con sinceridad y sin las trampas que suelo hacerme a mi mismo.

*

                  El mundo anda demasiado mal como para que permanezcamos indiferentes.

                  La desigualdad social entre países ricos y pobres es abracabradante. Según cifras del Banco Mundial en el 2000 el producto anual por habitante en Suiza era de $45.820 dólares mientras que en Etiopía era de $110 dólares y en Mozambique de $90 Dólares. Dado que en estos países también existen las personas adineradas imaginemos cuál es la situación económica de los ciudadanos comunes.

 

                  Nuestro país tiene un producto anual por habitante de $8.570 dólares. Esta cifra es un promedio entre aquellos compatriotas que viven como si fueran suizos y aquellos que, para nuestro oprobio, viven como si fueran etíopes o mozambiqueños.

 

*

                   No es la solidaridad lo que nuestra sociedad fomenta.

 Es la deshonestidad la que ha encontrado campo propicio, aún más que hace siglos cuando el filósofo Diógenes se afanaba en Atenas y Corinto: “Con vela y farol, cuando brillaba el sol, busqué hombres honestos, más no pude encontrar ninguno”.

 

                     Pasó al lado mío, se detuvo, me miró a los ojos y siguió de largo.

*

                   El bombardeo publicitario que incita al “poseer” y al “acumular” en una sociedad con los resortes morales debilitados, promueve corrupción en unos y delincuencia en otros.

 

*

                   La antigua aspiración a ser héroes ha sido sustituida por la de ser poderosos.

 

*

                   Es este vacío existencial el que mujeres y hombres tienden a “llenar” con adicciones que solo ensanchan la carencia de autoestima, de contacto consigo mismos, de valores. Son “dependientes”, es decir, etimológicamente, que “cuelgan” con el consiguiente riesgo, tantas veces cumplido, de despeñarse en los abismos de la degradación.

*

                  El prójimo no existe, salvo como potencial instrumento de satisfacción de deseos primarios.

                     Si, a vos te hablo.

 

*

                  No se trata de que nuestro impulso a mejorar nos lleve a ser grandes mujeres o grandes hombres, aunque afortunadamente, algunas y algunos lo han logrado y lo lograrán, sino que la propuesta es, nada más y nada menos, que ser mujeres y hombres verdaderos.

 

*

         Ser mejor es lealtad al tan desobedecido mandato “ama a tu prójimo como a ti mismo”.

                   Seas o no creyente. No serlo no te sirve como coartada.

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                   Amar al prójimo: ser solidario, hacer con él lo que uno desearía que un prójimo hiciera con uno en caso de estar en su situación.

Amarse uno mismo: desarrollar los talentos y crear una positiva ecología afectiva. Solo se puede dar cuando se tiene.

 

*

                  Despertar entre la mayoría anestesiada por el materialismo, la frivolidad, la masificación, la insensibilidad ante el infortunio de los demás.

                   ¿Somos un ejército de zombis programados para comprar, cualquiera sea el costo espiritual que por ello se pague?

*

                  Anestesia: "Privación completa o parcial de la sensibilidad, producida artificialmente."

                   La “fábrica de consumidores” necesita anestesiar  la conciencia de uno mismo y del prójimo, la capacidad de comprender y de ser distinto.

          Necesita “clientes” y no personas.

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