Un tercio de los argentinos padece hipertensión arterial

16.05.2014 00:32

de DIARIO EL LITORAL DE SANTA FE

 

Tomarse la presión con regularidad es fundamental para detectar la patología, que puede dañar el corazón, la función renal y provocar infartos y ACV. Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el país y en todo el mundo.

 

La hipertensión es una epidemia silenciosa: más del 30% de los argentinos la padece y la mayoría no lo sabe. “Sólo un tercio de las personas hipertensas tiene detectada la enfermedad. Y de ese total, únicamente el 30% de los pacientes realiza en forma adecuada los tratamientos para controlarla”, advirtió la Dra. Gabriela Sosa, a cargo del programa de Enfermedades Crónicas no Transmisibles del Ministerio de Salud de Santa Fe.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que la hipertensión es un trastorno en el que los vasos sanguíneos tienen una tensión alta en forma persistente. Los vasos sanguíneos llevan la sangre desde el corazón a todas las partes del cuerpo. Cada vez que el corazón late, bombea sangre a los vasos. La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos (arterias) al ser bombeada por el corazón. Cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear.

La hipertensión suele causar síntomas como dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales. “Pero hay muchos hipertensos que no presentan síntoma alguno”, advierte la OMS. “Por eso es muy importante tomarse la presión con regularidad”, recomendó la Dra. Sosa.

La hipertensión arterial es peligrosa porque puede dañar el corazón y los vasos sanguíneos de órganos principales, como el cerebro y los riñones. Si no se controla, puede provocar un infarto de miocardio, un ensanchamiento del corazón y, a la larga, una insuficiencia cardíaca.

“Los vasos sanguíneos pueden desarrollar protuberancias (aneurismas) y zonas débiles que los hacen más susceptibles de obstruirse y romperse. La tensión arterial puede ocasionar que la sangre se filtre en el cerebro y provocar un accidente cerebrovascular (ACV). La hipertensión también puede provocar deficiencia renal, ceguera y deterioro cognitivo”, indica la OMS.

Factores que influyen

Si bien hay una predisposición genética que favorece el desarrollo de la enfermedad, la obesidad, el excesivo consumo de sal, grasas y alcohol, el tabaco y la falta de actividad física son factores que aumentan el riesgo de padecer hipertensión y pueden agravar los cuadros.

En octubre del año pasado, en la Argentina se sancionó la Ley Nacional de Regulación del Consumo de Sal. Es una legislación importante porque el 70% de la sal ingerida no es visible, ya que forma parte del contenido de los alimentos precocidos (como el pan), alimentos preparados, galletitas y conservas. La ley obliga a las empresas de alimentos a reducir la cantidad de sal que utilizan para elaborar comidas procesadas. Las panaderías, por ejemplo, deben utilizar un 25% menos de sal para elaborar el pan.

En la Argentina, el consumo promedio de sal ronda los 12 gramos por día, pero la OMS recomienda que no supere los 5 gramos (es lo que cabe en una cucharadita de té). En los restaurantes y bares, el salero no debe estar en la mesa. “En casa hay que acostumbrarse a que la sal tampoco esté en la mesa familiar. Hay que recordar que es un condimento y no un alimento”, concluyó la Dra. Sosa.

info_hipertension.pdf

En cifras

9,4

millones

de personas fallecen a causa de la hipertensión en el mundo, según cifras de la OMS. Este número representa el 16,5% de las muertes anuales.

12

gramos

es el consumo promedio diario de sal por habitante en la Argentina. La OMS recomienda que no supere los 5 gramos. Es lo que cabe en una cucharadita de té.

El dato

Actividades

Durante los próximos días, en los centros de salud de la ciudad, en el marco de la campaña nacional “Menos Sal, Más Vida”, los médicos y enfermeros tomarán la presión de los pacientes para generar conciencia sobre la necesidad de detectar la enfermedad a tiempo. Según proyecciones de la OMS, la reducción de 3 gramos de sal en la dieta de cada habitante salvaría alrededor de 6.000 vidas anuales.