EL DESARROLLO DEL LITORAL

 

 

HISTORIA ARGENTINA

 

El desarrollo del litoral

 

Durante la etapa de transición no se formó aún la economía nacional, porque subsistían las condiciones de aislamiento de las economías regionales.

En el Litoral la expansión de las actividades comerciales y ganaderas incorporó a su proceso de crecimiento elementos dinámicos que lo distinguen con nitidez del de otras regiones.

Esta análisis diferencia es indispensable, por otra parte, para comprender como las nuevas condiciones fueron rompiendo el equilibrio entre las economías regionales del actual territorio nacional.

 

Aumento de la población

Creció sostenidamente durante toda la etapa de transición, particularmente en Buenos Aires. Entre 1800 y 1869, fecha del primer censo nacional, la población de las provincias del Litoral, pasó de aproximadamente 100.000 a 850.000 habitantes.

El aumento poblacional en el Litoral fue paralelo con la expansión de la frontera de tal modo que la densidad de población en las tierras efectivamente ocupadas aumentó en mucha menor proporción de lo que podría deducirse.

 

Expansión de las exportaciones y evolución de la estructura productiva

El Litoral fue el que asimiló la mayor parte de los efectos expansivos del crecimiento del comercio exterior. La población del Litoral se fue integrando paulatinamente en la economía del mercado abandonando las actividades de subsistencia que continuaron preponderando en el Interior.

La expansión del ingreso en el Litoral durante la etapa de transición provocó una elevación de la demanda efectiva y una mayor diversificación de la misma, como siempre ocurre cuando se elevan las condiciones de vida y va perdiendo importancia relativa el consumo de los artículos esenciales para la subsistencia y adquiriéndola los artículos manufacturados, los servicios y las maquinarias, equipos y otros bienes de capital componentes de la inversión interna.

El objetivo económico de la revolución de independencia fue eliminar definitivamente las trabas al comercio que aún subsistían en la reglamentación colonial, a pesar de la liberalización de 1778.

La elevación del nivel de ingresos y la importancia que iban adquiriendo las ocupaciones comerciales y urbanas provocó el crecimiento de la población de las ciudades del Litoral.

 

Distribución del ingreso. Acumulación de capital

El hecho de que el sector pecuario generara alrededor del 30 al 35% del producto del Litoral, y que la producción ganadera se realizara básicamente en grandes propiedades, fue el principal factor determinante de la concentración del ingreso en una reducida parte de la población. La actividad comercial también estaba fuertemente concentrada en los círculos vinculados al comercio exterior.

 

El comportamiento del sector público

Los gobiernos provinciales, particularmente el de la provincia de Buenos Aires, cumplieron en la etapa de transición un papel que tendió a consolidar la situación de los sectores ganaderos y comerciales.

La dependencia casi absoluta de los ingresos fiscales corrientes de los derechos aplicados sobre el comercio exterior otorgaba una gran inestabilidad a los ingresos públicos. Otras fuentes de recursos, como la colocación de títulos públicos en el exterior y la venta de tierras fiscales fueron de escasa significación.

Pero hubo otras dos fuentes significativas de obtención de recursos para el fisco. Ellas fueron la colocación de empréstitos internos y la emisión de papel moneda.

Los empréstitos internos adoptaron a menudo el carácter de contribuciones forzosas aplicadas a los grupos que disponían de recursos en la época, esto es, comerciantes y terratenientes. También se colocaban empréstitos tomados voluntariamente por el público.

La emisión lisa y llana de papel moneda para pagar los gastos públicos tenía varias ventajas para el fisco: recibía dinero sin necesidad de devolverlo y se evitaba el trabajo de vender los títulos públicos. Pero esta era una razón circunstancial y secundaria. El respaldo y estímulo de la política de expansión monetaria frente a la de colocación de empréstitos internos, eran los ganaderos y los comerciantes.

La razón es clara. esos grupos eran los que debían tomar los empréstitos cada vez que se emitían porque eran los únicos grupos con suficientes recursos para hacerlo. La emisión monetaria, en cambio, les eximía de responsabilidad. Pero, además, la inflación interna desencadenada por la emisión también los favorecía porque mientras los precios de los productos que esos grupos vendían aumentaban al compás de la devaluación de la moneda nacional, los salarios y otros costos pagados crecían en menor proporción, y con posterioridad a la depreciación del peso.

La expansión monetaria repercutió en el poder adquisitivo interno de la moneda y en su tipo de cambio externo. La depreciación del papel moneda de la provincia con respecto al peso oro no fue pronunciada.

En la medida en que la política fiscal tendió a conjugar los déficit con emisión y no con empréstitos internos, se trasladó el peso de la financiación de aquellos de los sectores de terratenientes y comerciantes a los sectores de ingresos reducidos de la población. Éstos últimos realizaron así un verdadero ahorro forzoso por la caída de sus ingresos reales frente al aumento del nivel de precios.

La expansión monetaria agotó sus efectos sobre la economía con la traslación interna de ingresos de unos sectores a otros. Cuando fue aplicada frente a contracciones del comercio exterior, su efecto compensatorio sobre el nivel de actividad interna fue escaso. Al contraerse las exportaciones, el consumo interno no podía absorber los excedentes de productos ganaderos. Tampoco se producía un desplazamiento de factores productivos, capital y mano de obra , ocupados en la producción ganadera hacia la producción de otros bienes destinados a satisfacer el consumo interno insatisfecho por la contracción de las importaciones derivada de la caída de ingresos de exportación. En una economía tan poco diversificada y sin base industrial era imposible provocar en el corto plazo un desplazamiento apreciable de factores productivos del sector exportador al sector destinado a satisfacer el consumo interno, o sea, sustituir importaciones.

La inflación, pues, provocaba el aumento de los precios y de los ingresos monetarios, pero el ingreso y la producción reales permanecían a los niveles impuestos por las exportaciones. La inflación sólo podría haber estimulado la diversificación de la estructura productiva interna mediante una política paralela de restricción de las importaciones, que se querían sustituir; pero esto contradecía la política y los objetivos de largo plazo de los grupos dominantes del Litoral.

La escasez del ahorro del sector público determinó la ausencia casi total de obra pública durante la etapa, particularmente en inversiones de infraestructura, especialmente la mejora de caminos. Sin embargo, los gastos en defensa de la pcia. de Bs. As. en cuanto financiaban las campañas contra el indio y provocaban la expansión de la frontera constituyeron verdaderas inversiones del sector público que ampliaban la capacidad productiva provincial al incorporar nuevas tierras al proceso económico. La apropiación privada posterior de las nuevas tierras determinó una transferencia prácticamente sin costo al sector privado de las inversiones realizadas en este campo por el gobierno.

 

Limitaciones al desarrollo del Litoral en la etapa

El proceso de transformación y de crecimiento de la economía estuvo limitado en toda la etapa de transición. La región siguió siendo escasamente poblada y las condiciones de vida, particularmente de las poblaciones más alejadas de los centros urbanos, continuó siendo muy primitiva. El desierto y la "civilización del cuero" seguían predominando en las zonas rurales del Litoral al promediar el siglo XIX. La densidad de población en la campaña bonaerense era, aún en 1896, apenas de un habitante por km2.

Los principales factores de limitación eran:

1.       Hasta la primera mitad del siglo XIX no se había consumado aún la integración y formación del mercado mundial con las características que adquiriría a partir de la segunda mitad del siglo. La revolución industrial no había transformado aún en profundidad las estructuras económicas de los países europeos y los sistemas de transporte marítimo no habían recibido el impacto de las mejoras técnicas de la utilización del acero y del vapor en los buques de ultramar, manteniendo los fletes excesivamente altos para la economicidad del transporte de numerosos productos agropecuarios. Tampoco se habían producido las innovaciones técnicas como la refrigeración de carnes, que abrirían más tarde horizontes revolucionarios a la producción ganadera. La expansión de las exportaciones argentinas estuvo comprimida durante todo el período por este hecho básico.

  1. Como consecuencia del hecho anterior, no se habían incorporado al país cantidades suficientes de capital y mano de obra como para poblar la región pampeana y aprovechar racionalmente la tierra disponible. La utilización de la tierra en todo el período de la transición fue sumamente precaria y extensiva, el nivel tecnológico de las actividades pecuarias sustancialmente bajo, la producción agrícola limitada a producir para el mercado interno, la población rural muy reducida. El capital de infraestructura estaba prácticamente en el mismo estado que en la etapa de la economía primaria de subsistencia.

Pero esto no empaña el hecho fundamental de que, por primera vez en la historia económica del país, se incorpora a su proceso de desarrollo el elemento dinámico del crecimiento en la época: la expansión de la demanda externa.

En la etapa de transición cristalizó el régimen de propiedad de la tierra que influiría sensiblemente en el desarrollo posterior. El crecimiento del sector agropecuario estuvo frecuentemente influído por este hecho.

La disposición de la tierra pública y su venta en grandes propiedades en las zonas más fértiles sentó algunas de las bases fundamentales para el comportamiento de la economía nacional en la etapa siguiente. La concentración de la propiedad territorial se constituyó en uno de los factores de la concentración del ingreso del sector agropecuario en pocas manos; proporcionó el marco jurídico para el asentamiento de las futuras corrientes inmigratorias; fijó el tipo de organización de la empresa rural en grandes unidades de producción, y la distribución de la utilización de la tierra entre la ganadería y la agricultura; y configuró una estructura social y política en la realidad argentina que condicionó de manera fundamental todo el desarrollo posterior del país hasta la actualidad.

 


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