Estructura y dinámica del sistema

 

 

HISTORIA ARGENTINA

 

Estructura y dinámica del sistema

 

Desde el siglo XVI hasta fines del siglo XVIII no hubo una economía nacional, por cuanto no existía un mercado con un flujo recíproco, en escala significativa, de capitales, mano de obra y productos, entre las distintas regiones.

El período se caracteriza por la existencia de economías regionales autosuficientes separadas entre sí por grandes distancias, la ausencia de comunicaciones marítimas y/o fluviales y la precariedad de los medios de transporte terrestres de la época.

Las características estructurales básicas y la dinámica del sistema de las economías regionales de subsistencia son:

1.       Estancamiento de la población: La evolución de la población estuvo sometida en medida importante a las fluctuaciones en el número de indígenas incorporados a las economías regionales. La extinción de esta población indígena, ya sea por su desaparición física o su fuga fuera del ámbito de la región, y la escasa inmigración de población europea y de otras zonas del continente, permite suponer que la población total del actual territorio argentino permaneció estancada o decayó entre los siglos XVI al XVIII.

  1. Debilidad del sector exportador y la estructura productiva interna: En ningún momento se produjo una expansión sostenida de los mercados exteriores como para modificas, aún transitoriamente, esta insignificancia relativa del "sector externo" dentro de las economías regionales. La debilidad del sector externo permite comprender el estancamiento de los diferentes sistemas regionales. Pero también explica el hecho de la diversificación de las estructuras productivas de cada región y del autoabastecimiento de los principales productos y servicios consumidos por cada una de ellas.

En cada región, dado el estancamiento de la población y la productividad, la demanda efectiva se mantenía básicamente a los mismos niveles y esto evitaba que la alta proporción del ingreso total gastado internamente provocase un proceso multiplicador de ingresos, tal cual ocurre en un sistema dinámico con expansión de la capitalización y el progreso técnico.

La baja productividad de cada sistema regional determinaba la existencia de un estrecho mercado interno que reducía las posibilidades de la división del trabajo y de la expansión del intercambio dentro de cada región. La mayor parte del esfuerzo productivo de la población se desarrollaba fuera de la economía del mercado.

La producción agropecuaria ocupaba entre el 80 y el 90% de la mano de obra total. El resto estaba empleado en los servicios y la manufactura.

  1. Distribución del ingreso y acumulación de capital: La distribución estaba fuertemente condicionada por las relaciones concretas de los distintos grupos en el proceso productivo. Los únicos núcleos que poseían ingresos por encima del nivel de subsistencia eran los grupos de encomenderos y propietarios territoriales y, en menor medida, los rudimentarios grupos comerciales.

La importancia del sector de subsistencia que se desenvolvía fuera de la economía del mercado determinaba que la economía monetaria estuviese escasamente difundida. La economía monetaria sólo penetró en las transacciones destinadas básicamente al comercio exterior a la región misma. Las monedas metálicas españolas eran el medio de cambio utilizado en estos casos.

La estrechez del mercado externo e interno reducía enormemente el incentivo a la inversión para expandir la capacidad instalada en las actividades agropecuarias y en las manufacturas o para abordar nuevas empresas en los mismos campos.

La inexistencia de una actividad dinámica fuertemente vinculada al comercio exterior impedía la adopción sistemática de mejoras técnicas y organizativas en el proceso económico. El nivel tecnológico y la organización de las distintas actividades productivas no sufrieron cambios sustanciales durante todo el período, contribuyendo al estancamiento de la productividad y del producto bruto por habitante. El carácter eminentemente cerrado de las economías regionales se manifestaba también en la ausencia de incorporaciones significativas de población y de capital provenientes del exterior.

  1. Equilibrio entre las economías regionales: Se explica porque en todo el período en ninguna de esas regiones surgieron actividades exportadoras dinámicas que hubieran provocado el desplazamiento masivo del centro de gravedad de la economía. Privada de todo estímulo externo para su crecimiento y ausente toda posibilidad de desarrollo autónomo apoyado sobre la expansión de la demanda y la productividad, cada economía regional era un sistema cerrado y autosuficiente.

hasta el siglo XVIII no se puede hablar de una economía nacional porque:

·                     no existía un mercado nacional;

·                     no había contacto entre las regiones;

·                     había escasez de mano de obra

·                     inexistencia de capital.

Así pues la autosuficiencia es el símbolo del estancamiento económico entre los siglos XVI y XVIII.


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