FRIULANOS

 

 

 

LA INMIGRACION FRIULANA

 

EL PUEBLO FRIULANO

 

No cabe duda que la inmigración friulana hacia los países de América y en especial, por su mayor volumen, a la Argentina, se hizo evidente en las postrimerías de 1877, época en la que, a las precarias condiciones socio-económicas del Friuli, se advertía la coincidencia de la actividad los agentes de inmigración instalados por el gobierno argentino y sectores particulares dispuestos a conseguir el concurso de familias de Europa para poblar el país.

Estas razones fueron las que promovieron un verdadero éxodo hacia el nuevo continente. Centenares de familias abandonaron su tierra natal para buscar mejores perspectivas para su futuro.

"La inmigración (friulana) a la Argentina fue desde un principio , un acontecimiento popular que convulsionó las masas, especialmente las campesinas". Así expresan fielmente calificados autores friulanos.

Por nuestra parte nos place corroborar esta aseveración y el concepto ya reiterado que para nuestro país la corriente significó un verdadero empuje para el progreso de la nación. De allí el beneficio fue recíproco y adquirió cabal interpretación y sentido en las palabras del Presidente Avellaneda, en su mensaje al Congreso, en 1878: "...la inmigración es útil para el país que la envía y para que el que la recibe "

No esté de más recordar el incentivo que significó la Ley 817, sobre la cual el escritor Dionisio Petriella se expresó con acierto: "...saludada en todo el mundo civilizado como un monumento de sabiduría y social, dió como resultado que un verdadero aluvión de extranjeros se viniesen a las acogedoras orillas del Río de la Plata, y el Friul respondió al llamado argentino enviando elemento humano de primera categoría por condiciones físicas y morales ".

Entre aquellos primeros grupos familiares se hallan comprendidos los inmigrantes que contribuyeron a la población de Villa Libertad (Chajarí) Entre Ríos, y los que se acercaron hasta nuestra región y formaron la colonia "Estrella de Italia", en el lugar conocido hoy como La Potasa. El historidador D. Manuel Roselli ha escrito un trabajo sobre este asiento friulano en el norte del Santa Fe.

Sabemos por datos recogidos que este primer núcleo de friulanos, contratados por una empresa particular, estaba compuesto en su mayor parte, por pobladores oriundos de la región occidental del Friuli, es decir, de las poblaciones de Casarsa, San Vito, Lavariano, Zoppola, etc.

Estos primeros contingentes, junto con los friulanos enviados al Chaco y Caroya, a principios de 1878, viajaron en los buques "Nord-América", "Sud-América" y "Europa", que salieron de Génova en los días 1° de noviembre de 1977, el 1° de diciembre y 1° de enero de 1878, respectivamente, en una travesía que duraba 26 días (según cartas que escribieron los inmigrantes de estas primeras tandas, estuvieron demorados más de tres semanas en el Asilo de Inmigrantes esperando destino).

Bien penosa debe hacer sido la partida de esos grupos que, a través de un quinquenio fueron escena corriente en el extremo NE de Italia.

Don Ridolfi, incansable viajero que nos visitó en 1948, nos hace una patética descripción de aquellas jornadas memorables, recogida de labios de inmigrantes octogenarios y las recuerda así: "En algunos pueblos en los días precedentes a la salida, los emigrados hacían una visita a las familias para despedirse de sus coterráneos. Cuando partieron, toda la población se volcó a las calles para un último saludo, mientras desde los altos de las torres los tristes sonidos de las campanas daban a la emocionante escena un sentido de duelo popular. Son familias de parientes y amigos que dejan las llanuras de Gemona y las colinas de Buia y Fagagna; es una raza valiente de paisanos que hasta ahora no han conocido más que los surcos de sus catlipos y las hileras de sus viñedos y que van lejos, bien lejos, hacia lo desconocido.

Les siguen sus mujeres, que llevan en brazos a sus tiernos hijos, y sus viejos, que van a terminar sus días en el misterio de una tierra extranjera. Desde el tren que los aleja ellos saludan por última vez las montañas, las colinas, las iglesias y los castillos de su Friuli tan bello y tan querido de sus corazones. No volverán a ver más su patria, pero la soñarán siempre y la amarán más. La misma lejanía se empeñará en fortalecer la sensibilidad de sus corazones y ellos, allá en las pampas, sin montes ni colinas, soñarán con la conocida cima del Quarnan o del Matajur. ¡Oh, sí, ellos allá, en las pampas sin casas y sin iglesias, soñarán con su casa natal y su iglesia. Soñarán y sentirán la necesidad de cantar con el fervor que sólo el desterrado conoce: ¡"0h mia Patria, sí bella, é perduta..."

"El Cittadino italiano", diario de neta inspiración católica y cuyo primer número apareció el 1° de enero de 1878, publicó a fin de ese mes una nota referida a la emigración que decía: "Ayer otro conjunto de pobres ilusos vagaba por nuestra ciudad mientras esperaba la hora de partir con el tren.

Eran alrededor de 200 de nuestros colonos que, vendidas sus tierras y mitigado en sus corazones el sentimiento natural de amor a su propio país, con la esperanza de conseguir soñadas riquezas y jornadas de trabajo menos agobiadoras, emigraban hacia América. liombres, mujeres y niños, con sus valijas, con algo de dinero obtenido de los objetos y las tierras vendidas se aventuraban hacia lo ignoto".

Poco tiempo después la misma publicación definía a la emigración como una de las tantas plagas del reino y reclamaba la intervención de las autoridades para impedir que "tanta pobre gente sea enredada con vanas y falsas lisonjas por torpes y ávidos especuladores ".

Casi simultáneamente el agente marítimo Santiago (Giácomo) Mudesti publicaba un aviso en el "Giornale di Udine" por el que informaba haber sido legalmente autorizado pare desarrollar su actividad, que comprendía entre otras cosas, el transporte de pasajeros para los puertos del Mediterráneo, India, China y Australia. En su oficina de calle Aquileia N° 90, de Udine, se daban instrucciones a los interesados que habían decidido partir hacia la Argentina.

Por lo expuesto, puede deducirse que el asunto de la emigración en Italia, en la época que tratamos, por sus serias derivaciones, creó un agudo problema para el Estado - reino entonces -, y desató implacables polémicas en los poderes políticos y en los medios de difusión.

A las discrepancias en los debates y las controversias públicas que citamos, se agregaban las noticias de allende los mares que traían los diarios "La Patria" y "L'operaio Italiano" que desde la Argentina llegaban al Friuli.

Pero, lo que producía verdadera desazón en los espíritus eran las cartas que se recibían de los que ya se hallaban en los pueblos y colonias de nuestro país y cuyas noticias resultaban contradictorias pues, si algunas contaban optimismo por el nuevo destino, otras, en cambio, eran el símbolo de una cruel desesperación.

Siguiendo a los Di Caporiacco, nos hacen saber que en el "Bulletino de lla Associazione Agraria Friulana" de 1879 (p.25), se indica las colonias de Resistencia, Reconquista, Caroya y Libertad como las que, más que en ninguna parte, se han establecido las familias friulanas. Y agregan los autores que "a las noticias de estas colonias, hemos agregado una nota sobre Avellaneda (Santa Fe), si bien no nos fue posible encontrar cartas llegadas al Friuli de aquella localidad"

Con todo, los mencionados escritores transcriben algunos interesantes documentos que hacen a la historia de nuestra colonia, que ya tuvieron difusión en nuestro medio y cuya publicación reiteraremos más adelante.

Cabe consignar, sin que sea redundancia, un aspecto importante de este tema. Con el fin de realizar un amplio estudio sobre la inmigración, en julio de1878 la Comisión de la Asociación Agraria Friulana se dirigió a los intendentes ("síndicos") solicitándoles su colaboración a tal fin y les instaba a que señalen la diferencia entre lo que se considera buena y mala emigración. Y daba la aclaración: "Buena, se puede decir, es aquella que libra a los países de los holgazanes y malvivientes; que reduce la población donde resulta excesiva y que pueda ocuparse con probabilidades de éxito. Mala, es aquella que arrastra a aventurarse en lejanos países a familias laboriosas, que gozan de relativa comodidad, que dejan desprovista de mano de obra la agricultura del país y que se avienen, sin ninguna garantía, al destino que aguarda al emigrante ".

Estos conceptos, que entrañaban una sincera protección a los intereses socio-económicos de la península, ponían una nota discordante con los propósitos que animaban al gobierno argentino al fomentar la inmigración. En efecto, en las intenciones y en el texto de la Ley 817, en el ific. 2° del Art. 3° establecía que, entre los deberes y atribuciones del Departamento de Inmigración, estaba el de "proteger la inmigración que fuese honorable y laboriosa, y aconsejar medidas para contener la corriente de la que fuese viciosa o inútil".

Hacemos notar que las disposiciones legales estaban destinadas, con carácter general, a promover la afluencia inmigratoria sin discriminación de razas o nacionalidades. Pero, para dar una correcta ubicación a este modesto trabajo, corresponde aclarar que se requiere casi exclusivamente a la inmigración friulana, cuyas fuentes de información nos resultan más accesibles y porque fue la base de la colonización de Avellaneda, compartida con algunas familias originarias del Tirol austríaco.

A todas las consideraciones que acabamos de formular relacionadas con el proceso inmigratorio en nuestro país, tuvieron además, decisiva influencia las opiniones y recomendaciones que, sin limitaciones de ninguna clase, expusieron ante familiares y extraños no pocos de aquellos que regresaron a su tierra natal. Y aquí también hubo actitudes contradictorias. Unos, que aconsejaban no salir de su patria a pesar de la miseria, preferible a las penurias que experimentaron, y los otros, que tuvieron fe y optimismo en su

nueva vida más allá del océano y que, liquidando todas su pertenencias, volvieron a la Argentina trayendo con ellos familiares, amigos y con vecinos a quienes aseguraban mayor bienestar. Por esto se comprende el ostensible aporte de ciudades como Gemona y Cormons para la colonización de Avellaneda, lo mismo que para Colonia Caroya.

Tal es, a grandes rasgos, el panorama que configuraba el grande y complicado movimiento inmigratoio hacia la Nación Argentina. A pesar de los contratiempos este proceso continuó, si bien en menor escala, por muchos años. Vinieron y volvieron no pocos. En otro lugar hemos dado cifras relacionadas con este balance.

Como dato ilustrativo de las situaciones imprecisas que se planteaban, en el "Boletín de la Asoc. Agraria Friulana" (1878, p.158) se comentaba el caso curioso y paradojal que "mientras en Europa están las agencias de emigración, en Buenos Aires se piensa en establecer una "Casa de Repatriación para ilusos, desterrados y desesperados".

Frente a todo esto, es lógico suponer que para el individuo que no ha podido lograr su adaptación al nuevo ambiente, careciendo de recursos y sin un oficio calificado que le permitiera fácil contratación, la mejor solución era alcanzar el medio de volver a su tierra natal, cuya nostalgia nunca lo abandonó.

No es difícil imaginar el espectáculo casi dramático que habrán ofrecido en Buenos Aires esos abandonados de la fortuna. El gobierno argentino no era ajeno a esta situación. Por eso la Comisaría General de Inmigración trataba de llevar esa gente a poblar colonias, y eso es lo que comenzó a concretar con Resistencia, Avellaneda y Caroya.

Sin extendernos más en tema tan vasto y complejo, queremos sí destacar que si el gobierno argentino ha reconocido siempre el aporte de los friulanos en el desarrollo del país, en Italia y el Friuli se han expresado en términos cordiales hacia el gesto generoso de nuestras leyes de protección y apoyo a los inmigrantes.

Por eso, el centenario de la emigración friulana a la Argentina fue dignamente recordado en la Regione Friuli Venezia Giulia, en 1978, en cuya oportunidad el presidente del Consejo regiona!, Sr. Arnaldo Pittoni, entre otros conceptos, expresó:"Un segundo Friuli nació en la República Argentina por la tenacidod de los friulanos, que surgió de las selvas, transformadas en regiones fértiles, al principio de incipientes núcleos poblados y hoy convertidos en ciudades populosas como Resistencia, Colonia Caroya, Reconquista, Avellaneda, etc. Los hábitos y costumbres de la patria de origen, nunca olvidados, fueron además renovados y conservados en la nueva tierro, no por dificultades de adaptación sino más bien en un clima de admirable integración con las diversas realidades de la Argentina"

Como complemento del tema descripto, daremos mia información sobre la incorporación de elementos friulanos a la vida americana. Según el Boletín de la Asociación Agraria Friulana, citado por G. y A. di Caporiacco en sus estadísticas, indica que en 1877, sobre todo en los últimos meses, partieron hacia Sudamérica, desde el Friuli, central y occidental, 701 emigrantes (a mediados de ese año, algunas familias vinieron al Brasil).

Al iniciarse 1878 se intensificó sensiblemente la salida de pobladores friulanos hacia la Argentina en su gran mayoría, como bien lo sabemos por las primeras fundaciones de nuestro territorio y la activa labor de reclutamiento de familias del agente Calvari.

En el primer semestre de ese año, considerado como el comienzo de la emigración masiva hacia América, los distritos del Friuli que aportaron la mayor cantidad de individuos fueron: Udine, San Daniele, Codroipo, Latísana y Tarcento, en conjunto, 549 personas; Cividale y San Pietro, 255; Gemona, 108; Maniago, 194; Moggio, 61; Palmanova, 56; Pordenone, 79; Sacile, 67; San Vito, 45; Spilimbergo y Tolmezzo,39. Total 1453. Si agregamos las cifras del 2° semestre, el total del año es de 3.025 personas. De la región oriental, en el mismo lapso emigraron 712 (Cormons, 344; Cervignano, 253; Gradisca, 92 y Monfalcone, 23).

En 1879, en enero emigraron 352 personas (el mayor porcentaje, de Gemona y Cividale). En febrero, 256 y en marzo, 228. Se redujeron las cantidades en los meses siguientes, hasta el último trimestre en que un repunte en las salidas nos dió 912 personas. Total del año, 1959.

El total de 1880, con los mayores parciales mensuales en el ler. trimestre, fue de 1.017 personas según el estudio de este movimiento migratorio realizado por los Di Caporiacco, desde 1877 a 1880 inclusive, del Friuli salieron 7.713 emigrantes, en su gran mayoría hacia la Argentina.

La afluencia de sangre friulana en nuestro país, en más de cien años, no cesó, en menores proporciones, con lógicos altibajos y visibles incrementos al finalizar las dos guerras mundiales.

A modo de colofón, queremos destacar que actualmente residen en República Argentina, 140.000 friulanos aproximadamente, quienes, a los descendientes de los inmigrantes constituyen el 8% de la población tal del país, según cálculos estimativos.

Su presencia en nuestra sociedad cosmopolita se ha hecho evidente, varios pueblos y ciudades, a través de entidades específicas, los centros "fogolars" friulanos, que en más de medio centenar, se hallan nucleados la Confederación de Sociedades Friulanas, vinculada a su vez con el "Friuli nel Mondo", con sede en Udine y Regione Friuli Venezia-Giulia, su Consejo residente en Trieste, La decana de las instituciones es la Sociedad Friulana de Buenos la primera en el mundo,

Avellaneda cuenta con su Centro Friulano desde el año 1970.

Extraído del libro "LA COLONIA NACIONAL PTE.AVELLANEDA Y SU TIEMPO" lra. Parte, del Doctor Manuel I. Cracogna

 

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