ESTRUCTURA Y DINÁMICA DEL SISTEMA

 

 

HISTORIA ARGENTIN

 

Estructura y dinámica del sistema

 

Exportaciones y endeudamiento externo

Tanto el volumen como el precio de los productos rurales exportados por Argentina estaban condicionados por el nivel de la demanda externa y éste, a su vez, por el de la actividad económica de los países industrializados que absorbían la mayor parte de los productos agropecuarios comercializados en el mercado mundial. La expansión o contracción de las importaciones de estos productos primarios afectaba no sólo los volúmenes importados sino también los precios pagados por ellos.

El capital extranjero radicado en el país producía intereses y utilidades que, juntamente con las amortizaciones del mismo, se remitían al exterior en concepto de servicios de capital.

Por otra parte, las garantías de rendimiento mínimo otorgadas a ciertas inversiones extranjeras, particularmente en ferrocarriles, creaba compromisos adicionales al fisco cuando las ganancias generadas por las empresas extranjeras garantizadas no alcanzaban a cubrir los rendimientos mínimos.

En la práctica, el oro y las divisas necesarias para pagar los servicios del capital extranjero fueron proporcionados no solamente por los recursos generados por las exportaciones del país sino también por nuevas radicaciones de capital extranjero.

El nivel de actividad económica en los países industrializados condicionaba así, simultáneamente, los principales factores del desenvolvimiento económico de Argentina: las exportaciones y la radicación de capitales extranjeros.

 

La vulnerabilidad exterior

La vulnerabilidad exterior de la economía argentina operaba en tres planos interdependientes:

1.       Nivel de ocupación e ingresos internos: La expansión de las exportaciones no sólo repercutía en el nivel de ocupación y de ingresos de los factores de la producción ocupados en el sector agropecuario. Ello determinaba también el proceso de crecimiento del conjunto de la economía nacional mediante la movilización del mecanismo multiplicador del ingreso interno.

En sentido inverso, la contracción de las exportaciones determinaba una disminución de los ingresos de los productores agropecuarios y la reducción tanto de sus compras en el exterior como del gasto realizado en la compra de bienes y servicios producidos internamente. Esto provocaba la desocupación de capitales y mano de obra directa en los sectores destinados a producir para el mercado interno y la consecuente reducción de los ingresos y el gasto de estos sectores. Se agravaba así la tendencia depresiva inicial puesta en marcha por la contracción de las exportaciones.

  1. Balance de pagos: La expansión de las exportaciones tendía a incrementar la demanda de importaciones y viceversa. Por otro lado, los servicios de capital extranjero invertidos en el país eran rígidos y no fluctuaban conforme a los cambios en las exportaciones y el nivel interno de ingresos.

Una elevada proporción de las utilidades e intereses del capital extranjero era compensada con la entrada de inversiones netas del exterior. Cuando estas inversiones netas disminuían o, en los casos extremos, invertían su signo y el país aparecía exportando capitales, el pago de los servicios del capital extranjero recaía totalmente sobre las reservas de oro y divisas disponibles y los ingresos corrientes generados por las exportaciones. Salvo en situaciones extremas, como en la crisis de 1890, la gravedad del desequilibrio no llegaba a paralizar el funcionamiento del sistema y obligar a la suspensión de los pagos de los servicios del capital extranjero; los mecanismos de compensación entraban a operar antes.

De todos modos, en toda la etapa de la economía primaria exportadora, el balance de pagos estuvo fuertemente sujeto a este tipo de desequilibrios.

  1. Finanzas públicas: Los gobiernos de la Nación y de varias provincias (la de Buenos Aires fundamentalmente) recurrieron en gran escala al crédito externo, colocando sus papeles públicos en los mercados financieros internacionales. Cuando se suspendía la colocación de títulos públicos en el exterior por la contracción de los mercados internacionales de capitales en los países industrializados, el pago de los servicios recaía totalmente sobre los ingresos fiscales corrientes. Como en el caso del balance de pagos, los mecanismo de ajuste del sistema generalmente entraban a operar con anterioridad a la debacle.

Pueden distinguirse dos tipos de mecanismos de compensación a los desequilibrios. El primero, referido a la demanda mundial de productos agropecuarios y al flujo internacional de capitales a largo plazo (factores exógenos). El segundo, vinculado a la propia dinámica interna del sistema (factores endógenos)

 

La distribución del ingreso

En la etapa de la economía primaria exportadora, el elemento condicionante fundamental de la distribución del ingreso entre los distintos sectores sociales participantes en el proceso productivo fue la concentración de la propiedad de la tierra de la zona pampeana en pocas manos.

La falta de acceso a la propiedad de la tierra y la solución obligada impuesta al inmigrante de trabajar como arrendatario o asalariado en la producción agropecuaria, comprimió el nivel de remuneraciones que podían obtener de su trabajo en las ocupaciones agrícolas y concentró fuertemente las ganancias, intereses y rentas generadas en la producción rural en un grupo reducido de la población.

Por otro lado, la concentración de la propiedad territorial repercutió en el nivel de remuneraciones del trabajo en las actividades urbanas. Su influencia se ejerció de dos maneras principales: primero, aumentó la oferta de mano de obra directa disponible para los empleos urbanos con su consiguiente efecto depresivo sobre el nivel de salarios; segundo, fijó un bajo nivel de remuneraciones alternativas en las actividades rurales, debido a la falta de acceso a la tierra.

La presión de la oferta de mano de obra directa en los centros urbanos se reflejó en la desocupación de una proporción importante de la fuerza de trabajo total. Aun en las épocas de prosperidad, cuando las exportaciones estaban en altos niveles, los desocupados representaban una proporción importante de la fuerza de trabajo, superior al 5%.

La concentración de la propiedad territorial fue, pues, el principal factor condicionante del nivel de remuneraciones del trabajo en las actividades agropecuarias y urbanas y de la participación de los trabajadores en el ingreso neto.

Esto se vio reforzado por hechos complementarios que agudizaron la desigualdad de la distribución del ingreso. Estos hechos fueron tres:

  1. las fluctuaciones del tipo de cambio: la clase terrateniente se oponía a toda política de saneamiento financiero basada en la recaudación de impuestos y en la contracción de gastos para balancear el presupuesto y favorecía, en cambio, toda política de financiamiento inflacionario del mismo mediante la emisión monetaria. Los impuestos recaerían, en parte, en ella; la inflación, en cambio, le proporcionaba numerosos beneficios.
  2. la debilidad de las organizaciones de trabajadores rurales y urbanos: Entre las causas más importantes de la debilidad de las organizaciones sindicales durante toda la etapa de la economía primaria exportadora se cuentan, en las ocupaciones urbanas, el escaso desarrollo industrial y, en las ocupaciones rurales, las dificultades de organización de grupos sociales dispersos en el espacio y de poca concentración en núcleos de alta densidad de población.
  3. la política fiscal: La estructura de ingresos fiscales agravaba la desigualdad en la distribución del ingreso ya que, en casi toda la etapa, los impuestos indirectos, que recaían fundamentalmente sobre la gran masa consumidores, representaban entre el 70 y el 80% de los ingresos corrientes de los fiscos nacional y provinciales.

 

La estructura productiva

En la etapa de la economía primaria exportadora, al tiempo que las exportaciones y el sector agropecuario ocupaban un papel dominante en la economía y en el proceso de desarrollo, la distribución de la población activa entre los distintos sectores de actividad estaba relativamente diversificada.

Las causas de esta relativa diversificación de la estructura ocupacional y la importancia minoritaria de la ocupación en el sector agropecuario frente a la mano de obra directa ocupada en la manufactura y los servicios, obedece a los siguientes hechos fundamentales:

  1. la elevada producción por hombre ocupado en el sector agropecuario: La característica básica del sector rural consistía en una aprovechamiento extensivo de la tierra disponible y de una relativamente alta cantidad de capital por hombre ocupado en la agricultura.
  2. la concentración de la propiedad territorial: El régimen de tenencia de la tierra impidió una expansión más acelerada de la producción agropecuaria mediante la incorporación de una mayor proporción de población a las actividades rurales y la constitución de una poderosa clase de medianos propietarios en condiciones de aprovechar la mecanización y la tecnología modernas.

La composición y no el volumen de las importaciones afectaba decididamente la importancia del sector manufacturero dentro de la economía nacional. La composición de las importaciones y la ausencia de una política de fomento de sectores determinados de la actividad manufacturera limitaron el desarrollo industrial del país a las industrias de menor densidad de capital y complejidad técnica, básicamente las industrias metalúrgicas livianas, de alimentación y vestido. Las industrias de base como la producción de acero, maquinarias y equipos, ciertos bienes intermedios y combustibles eran prácticamente inexistentes dentro de la industria nacional o estaban muy poco desarrolladas.

La desigualdad en la distribución del ingreso gravitó en el aumento de las importaciones de bienes de consumo e inversión suntuaria y desalentó el desarrollo de actividades orientadas hacia el mercado interno.

 

Crecimiento y dependencia del sistema

El desarrollo no fue uniforme en toda la etapa. La tendencia general es al crecimiento sostenido de la población, la producción y el capital existente pero, dentro de aquélla, ciertos períodos fueron de crecimiento más intenso y otros más lentos. Estos distintos ritmos de crecimiento estuvieron directamente vinculados a la evolución de la economía mundial y al volumen y expansión de la demanda internacional de los productos agropecuarios producidos en el país.

El carácter endeble y dependiente de las bases últimas del crecimiento económico salta a la vista. Si desaparecía el efecto estimulante de los factores externos o se agotaba la frontera productiva de la zona pampeana por la explotación de todas las tierras disponibles, el sistema debía entrar en crisis. Así ocurrió a partir de 1930, inaugurando una nueva etapa del desarrollo económico del país.

 


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